Así lo señala Catón
Hay que decirlo con todas sus letras: estamos viviendo ahora una forma de corrupción peor, más nociva y peligrosa, que la que vimos en el anterior sexenio. En ese tiempo los dueños del poder robaban dinero; hoy se roban las instituciones. El caso de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos es un palmario ejemplo